Muchas veces habréis oído hablar sobre la sensación térmica o la temperatura de sensación. Pero, ¿qué es eso de la sensación térmica? Resulta que, bajo determinadas condiciones atmosféricas, principalmente de viento o humedad, se ha demostrado que nuestro cuerpo siente una temperatura distinta a la real. De este modo, la sensación térmica trata de estimar la temperatura ambiente que percibe nuestro cuerpo, que no siempre coincidirá con la temperatura real.
Como ya hemos comentado, hay dos factores principales que distorsionan nuestra sensación de la temperatura: la velocidad del viento y la humedad. En inglés se utilizan términos distintos según hablemos de sensación térmica por viento o por humedad: el windchill y el THI (Temperature-Humidity Index) o el HI (Heat Index). En España hablamos de bochorno cuando queremos indicar esa sensación agobiante del calor combinada con una alta humedad ambiental pero, en general, tenemos que concretar si nos referimos a sensación térmica de frío, en caso de viento fuerte, o de calor en caso de humedades elevadas.
Y, ¿por qué varía nuestra sensación térmica dependiendo del viento o la humedad? En ambos casos se trata de pura fisiología.
Temperatura de sensación y viento.

Fuente: Wikipedia
Nuestro cuerpo produce calor. En condiciones normales nuestra temperatura es de algo más de 36º C. Al estar dentro de la atmósfera intercambiamos constantemente parte de nuestro calor interno con el aire que nos rodea. Cuando hay viento, la capa de aire que nos envuelve, la que está directamente en contacto con nuestra piel, se renueva constantemente, por lo que nuestro organismo no es capaz de llegar a calentarla. Es como si el esfuerzo que tenemos que hacer para calentar la pequeña película de aire que hay a nuestro alrededor fuera en vano, porque nunca es el mismo aire; el aire se mezcla y el calor se pierde. Por eso, cuanto mayor es la fuerza del viento menor es la temperatura de sensación. Podemos tener una temperatura real ampliamente positiva pero nuestro cuerpo, expuesto a un viento constante de 30 o 40 Km/h, percibe la misma sensación de frío que tendría con una temperatura negativa sin viento.
Temperatura de sensación y humedad.
Un aire muy húmedo es un aire que está casi saturado. El aire, según su temperatura, tiene una capacidad determinada de retener vapor de agua sin precipitarlo. Cuando decimos que hay un 90% de humedad relativa significa que le falta un 10% de vapor de agua para que se sature, para que condense. Además, el aire retiene mayor cantidad de vapor de agua cuanto mayor sea su temperatura. Por tanto, en verano, con temperaturas cálidas, el aire puede retener muchísimo vapor de agua sin que precipite. Por otro lado, nuestro cuerpo, cuando tiene calor, trata de transpirar a través de la sudoración. Es un mecanismo simple pero efectivo: humedecemos con sudor nuestra piel para que la evaporación de ese sudor nos resfresque y podamos disminuir nuestra temperatura. Pero ¿qué pasa cuando el aire está tan saturado? Que se dificulta la evaporación. En días cálidos y húmedos nos quedamos empapados en sudor, pegajosos. El sudor no se evapora fácilmemente porque el aire ya está repleto de vapor de agua. De este modo, aunque la temperatura real sea de 30, 31 o 32º C nuestro cuerpo sufre como si estuviera bajo temperaturas de 39 o 40º C con aire más seco.
Por tanto, la temperatura de sensación trata de cuantificar la influencia del viento y la humedad sobre nuestra percepción de la temperatura. Hay muchas y muy diferentes formas de calcularla, pero lo que es seguro, es que ambos factores cambian notablemente la temperatura que realmente sentimos.